Socialismo online, todavía algunos son más iguales que otros
En el contexto del seminario que nos ocupa, Sebastián Lorenzo linkeó en su blog el texto The New Socialism: Global Collectivist Society Is Coming Online de autoría de Kevin Kelly, publicado en Wired, revista de la cual Kelly es uno de los fundadores.
Luego de leer la traducción en el blog de Seba fui al texto original en la revista Wired y me divertí un buen rato leyendo los comments que generó ese post. Casi todos estaban indignados con el uso de la palabra "socialismo", trasluciendo la carga cultural que tiene esa palabra luego de años de cultura anticomunista durante la Guerra Fría en Estados Unidos; la mayoría de los comentaristas la relaciona con "stalinismo". En ese sentido internet no amplía los conceptos si el navegante virtual no tiene interés en buscar las raíces históricas de una ideología. Por eso, la primera conclusión es la vieja frase que dice "un cuchillo sirve para hacer una comida y también sirve para matar", no es la herramienta el problema, todo depende de cómo se usa, y nos lleva a acuñar o parafrasear otra expresión famosa: "¡es el usuario, estúpido!".
Un par de citas del texto para entrar en tema:
Kelly advierte desde los primeros párrafos que el socialismo al que se refiere en el título no es "el de tu abuelo", no es el de los libros de Historia y que a falta de otros términos bien podría redimirse este. "No es una lucha de clases. No es anti-norteamericano; en efecto, el socialismo digital es un socialismo sin el estado", dice el autor, pero seguidamente agrega que "este nuevo socialismo opera sobre la cultura y sobre la economía, el nuevo socialismo repasa a una Internet sin fronteras, a través de una suerte de economía global integrada. Esta diseñada para aumentar la autonomía individual y frustrar la centralización. Es la extrema descentralización."
Vayamos a la cuestión entonces:
A nadie le caben dudas que la conectividad opera sobre la comunicación y la cultura, tampoco hay dudas sobre la enorme producción y difusión cultural que internet produce (tanto como de basura intrascendente). El intercambio de información y la comunicación son su principal fortaleza. Alguien subiendo su discografía de rarezas en un blog o compartiendo una tesis científica o participando en páginas colectivas o creando una página con todos los números escaneados de una revista que dejó de salir hace décadas o haciendo una nueva revista virtual o generando un sitio donde cientos de personas comparten sus producciones de todo tipo, ha ofrecido una revolución en el acceso a la información que bien puede considerarse un trabajo colectivo de compilación de datos y de cooperación.
El punto donde no es tan horizontal la cosa es cuando Kelly se refiere a la economía, a una descentralización económica. En ese aspecto todavía estamos en el esquema digital centro-periferia. Puede haber, más que un socialismo, una horizontalidad en el modo de relacionarse y trabajar en red, pero persisten modelos piramidales históricamente adquiridos. Subimos los archivos que compartimos a servers que están en su mayoría en los países del centro económico y no tenemos ninguna propiedad sobre ellos ni decisión sobre su uso. Hay una dependencia tecnológica como lo plantearon estos amigos archivistas cuando un sitio conocido les borró todos los videos de su cuenta (post "Andá a cantarle a Oliver Stone", debajo del manifiesto). Los servers tienen dueños y pueden decidir borrarlos, en ese sentido aun estamos lejos de una democratización absoluta pues en internet se repite la relación de poder entre el que provee el servicio y el usuario.
Eso en cuanto al mundo virtual; en el mundo de las moléculas y los átomos la diferencia es mucho más tangible como bien lo explicaron -sobre el mismo texto- compañeros de curso como Jorge Horacio.
La predisposición a compartir que propone internet es uno de los aspectos positivos e innegables pero lejos estoy de pensar como Kelly que "no es una ideología (...) sino un conjunto de actitudes y herramientas que promueven la cooperación". Creo que al autor lo vuelven demasiado optimista los resultados obtenidos por un importante grupo de navegantes virtuales cuya pasión es el desarrollo del código libre, del software de fuente abierta, pero en otros aspectos, especialmente en el de las redes sociales los contenidos no son tan brillantes ni tan esperanzadores.
En internet, ¿dime con quién andas y te diré quién eres?
Las relaciones online se siguen dando por afinidades e intereses en común, un sinfín de ellas se establecen para reafirmar lo que uno ya piensa, no todas se dan para ampliar las propias ideas o para conocer cómo piensan otros ni tienen un fin de cooperación ni otros ideales nobles. Mucho de lo que sucede en la sociedad virtual es, como citan en este genial blog, un reflejo de lo que dice Adam Curtis: "la simulación interpasiva de participación en los medios posmodernos, el narcisimo en red de MySpace y Facebook genera contenido que es repetitivo, parasitario y conformista" ("the interpassive simulation of participation in postmodern media, the network narcissism of MySpace and Facebook, generates content that is repetitive, parasitic and conformist".) ¿qué importan cuántas fotos se comparten en Facebook? a veces sólo se está exponiendo, exhibiendo en un modo virtual los 15 minutos de fama warholianos y no realmente compartiendo, en internet la cuestión de la cantidad muchas veces supera en importancia para sus cultores más enfervorizados al concepto de contenido o calidad.
Aunque Kelly destaque en varias citas la cuestión no-ideológica de estas relaciones, en los últimos dos años han acontecido cambios en el uso de las redes sociales virtuales que rebaten algunos de sus puntos, por ejemplo el de Socialismo sin Estado. Nosotros somos parte de ese fenómeno político nuevo en las redes sociales. Facebook, Twitter, Hi5, etc, han adquirido una importancia estratégica por el uso que se le da a esas herramientas para la organización política que es el tipo de relación virtual más prolífica de los últimos tiempos, antes sólo limitado al ciberactivismo contracultural.
Desde la campaña de Obama que las usó como pilar de difusión hasta las marchas disidentes que se convocan por medio de las redes sociales estamos hablando de que la conectividad se politizó, llegó a ser parte de la agenda de interés de la alta política, de la política de partidos y de los gobiernos que administran Estados. Se ideologizó y comienza a darse una retroalimentación: en el viejo esquema la actividad ocurría en el territorio político real y saltaba al espacio virtual como representación, hoy nacen agrupaciones virtuales que se forman en las redes sociales para recién después decidir cómo operar sobre la realidad.
Tanto como la no-inclusión digital de los niños en edad escolar, la exclusión de grandes sectores de la población mundial al acceso de estas nuevas herramientas los dejará fuera del juego político virtual que toma ribetes globales, dejando todo ese terreno en manos de sectores medios y medios altos con acceso a la tecnología e internet, grupos sociales proclives a asustarse fácil, sensibles a los discursos mediáticos, no muy informados en cuestiones políticas y muy dispuestos a defender su nivel de vida sin medir las consecuencias generales que tienen sus decisiones. Puede ser preocupante cuando uno ve que se realizan encuentros juveniles en países latinos promovidos por el Departamento de Estado de Estados Unidos aliado a estas empresas que son dueñas (no olvidar ese concepto, el dueño en internet existe) de las herramientas de las redes sociales y esponsoreadas por las marcas más representativas del capitalismo.
Veamos un caso reciente.
En la página de la embajada norteamericana en México dicen, respecto del encuentro Alianza de Movimientos de Jóvenes celebrado con la presencia de Hillary Clinton en Monterrey (México) el pasado mes de octubre, cosas como “Estamos en un momento en el que un individuo, utilizando la tecnología, puede crear cambio positivo en el mundo… y Pepsi luchará por favorecer ese cambio” (sic).
En cuestiones como estos encuentros tiene razón Kelly en cuanto al uso del término extirpándole el origen político de antaño, no se trata de un socialismo ideológico de izquierdas, pues si vamos a los hechos encontramos que esa socialización puede ser también usada para desestabilizar gobiernos de países periféricos por campañas promovidas desde encuentros en apariencia naif que promueven el uso de las redes sociales para supuestas causas nobles pero representan valores de derecha. Más que socialismo se parece al capitalismo por otros medios.
La propiedad en internet existe, -Kelly no debería obviar ese detalle- quedó demostrada en ese encuentro en Monterrey con el desembarco de Hillary acompañada por todos los dueños y creadores de las redes más famosas que son mayoritariamente de su país de origen. No me imagino, aunque lo intenté, a los creadores de Twitter, Hi5, Facebook, Wordpress, etc. participando de un encuentro de redes sociales para la defensa de la autodeterminación que fuera organizado por Chavez o Evo Morales, más bien estos encuentros llegan a los países de los mencionados de la mano de operadores políticos de centroderecha. A nadie le importa que venga a su reunión el dueño de Twitter -por lo menos, a mi no me importa-, pero que el dueño elija adonde participar legitima más unos usos que otros a ojos de millones de jóvenes fascinados con la herramienta en cuestión, y eso también es comunicación, mensaje, construcción de discurso, sobre todo de un valor que en internet adquiere por momentos una importancia patológica: la pertenencia.
Vamos a lo bueno de todo esto
Lo apasionante de internet y de las redes sociales es que vuelven a instalar la idea de participación, de compromiso, perdida durante la desideologización fukuyamezca de los 90s dando voz a los que no la tienen en los medios tradicionales aunque todavía no incluya masivamente a sectores vulnerables. Esa participación se llena de contenido cuando se pasa de la organización virtual a la acción que apoya cambios positivos en nuestras comunidades. Y también toma nuevas formas el concepto de contrainformación en un tiempo de crisis para los medios tradicionales que han tomado a nivel mundial posiciones políticas en defensa de sus intereses corporativos o de los intereses de sus anunciantes más gordos. En internet hay una cooperación evidente entre grupos de bloggers, facebookers y twitteros contrarrestando los mensajes homogéneos de la TV y los diarios de papel/online.
En esta práctica colectiva de comunicación y construcción de redes sociales el desafío es incluír a la mayoría de la población sino la participación en internet seguirá reflejando de manera inevitable las mismas diferencias económicas y sociales de la realidad, y es tan complicado como incluír a las mayorías en el acceso a los servicios básicos y al empleo. La TICs permiten conocer realidades distintas, apoyar microemprendimientos de economías emergentes, aprender de las experiencias de organización de otros, ver qué actividades desarrollan en sus comunidades reales y los resultados que obtienen sumando voluntades a partir de los medios alternativos.
Socialismo, volviendo a un sentido histórico, significa para mi "igualdad de oportunidades para todos", de eso se trata, también debería serlo en el mundo virtual..
Además de Jorge Horacio, ya mencionado en el post, linkeo los posts de otros compañeros que leí y me resultaron muy buenas sus conclusiones:
Carlos Becana
Mauro Theller
Sebastián Tapia
Les recomiendo el post de Amparo que particularmente me gustó muchísimo porque pasó de largo todos los temores que nos atacan a algunos como "es la WIRED, che, lo que dicen estos tipos debe ser la posta post".
PD: No conozco a todos los otros compañeros bloggers del curso, sería importante que aquellos que no encontré para linkear en el blogroll me dejen su dirección del blog así los voy agregando.